Hace ya unos años, llegó a mi el primer libro de Brian Weiss “Muchas vidas, muchos maestros”. Desde que lo empecé a leer, supe que yo pasaría por esa experiencia en algún momento de mi vida.
Un tarde de verano, estaba viendo vídeos en mi ordenador y apareció en “vídeos recomendados” uno, en el que Mª Eugenia (Nefer Maat)y una compañera eran entrevistadas acerca de qhht. Una vez finalizó el video, busqué qhht en Madrid y encontré el teléfono de Mª Eugenia. A la semana estaba reuniéndome con ella.
Obviamente, mi intención era comprender mejor ciertos pensamientos y actitudes mías que no tenían explicación, pues mi vida ha sido tranquila, sin grandes traumas. Pensé, que al igual que se narra en los libros de Weiss, iría rememorando acontecimientos de otras vidas. Que reconocería en ellos a personas de ésta y que, todo ello, me ayudaría a comprender mejor a quienes me rodean y a mi misma.
Y, efectivamente, ocurrió de esa forma. Lo primero que reviví fue una vida en la que pertenecía a una tribu indígena sudamericana. Pude reconocer en las personas que me rodeaban, por ejemplo, a mi actual hijo, mi marido, mis padres, mi abuela. Simplemente maravilloso!
Al finalizar esa vida, me encontré en un espacio entrevidas. Me sentía luz. Era luz. Narraba a otros Seres de luz mi experiencia en la Tierra. Reconocí a Seres que habían compartido conmigo otra vida en ¡otro planeta! Me dirigí a esa vida en otro tipo de cuerpo y reviví la experiencia dando explicaciones claras acerca de temas variados y de los procesos de encarnación.
Mª Eugenia me pidió que fuese a mi primera experiencia en este planeta Tierra, y sucedió lo inesperado. Era un Ser muy especial. Un Ser con amplios conocimientos acerca del Universo, de la encarnación, de la vibración, de la Tierra y de mi misma. Empecé a hablar de estos temas desde una perspectiva diferente. Eran conocimientos muy amplios, muy técnicos. Usaba un lenguaje muy rico. No era mi Yo actual. Incluso hablaba de asuntos acerca de los que yo nunca he oído hablar, o conceptos que yo consideraba que eran de otra forma.
Cuando finalizó la sesión no tenía palabras. Estaba muy impactada! Sabía que todo había sido real, pues así lo había sentido. Nadie me influenció o dirigió en ningún momento. No me dormí, estuve consciente todo el tiempo.
Una vez escuché la sesión en casa, tranquilamente, fue absolutamente sorprendente! La he escuchado varias veces, sola y acompañada de personas de confianza, y siempre aprendo algo nuevo.
Esta experiencia me ha aportado más confianza en mi misma, me ha ayudado a conectarme más con mi Ser y ha cambiado mi forma de ver muchas cosas. Desde luego, me ha confirmado que somos Seres eternos y universales!!!
Con lo que me quedo: “A lo único que hay que tener miedo, es al propio miedo.”
Lourdes, Madrid.
Julia Cannon y Mª Eugenia ( Nefer)
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